martes, 9 de noviembre de 2010

Mi balcón

No llega a brisa,
Apenas es caricia
Y emborracha mi piel
cual atracón de miel.
Este aire circula a mi alrededor
y se detiene en el vacío,
me hace mirar al frente.
Luces en algunas ventanas.
Otras sin gente
hasta mañana.

Los locales cambian cada año,
y no el bullicio,que es paño,
por minutos de las venas
cualquier examen
preocupación o pena.
Vehículos histéricos, otros
más calmos, 
pero a fin de cuentas
si es hora punta:
todos pitando.

La brisa recorre la calle,
invita a observar
lo que en ella se halle.
Familias, parejas,
solteros, la morena,
estudiantes, chinos y japos.
Todos pasan ajenos
a este microcosmos
que me embriaga,
me asombra
y me abriga.

Ya quisiera encontrar
un paraíso el demonio
como el que tengo en 
mi balcón de Pedro Antonio

(Murcia)