martes, 14 de diciembre de 2010

"Este adios no maquilla un hasta luego"

¡Familia! Así de claro es el título como mi decisión. Abandono "Memorias de una cachimba". Ha sido un tiempo bonito, escribiendo cosas que me llenaban un poco. ¿Podría haber escrito más? Si, mucho más. Pero eso ya da igual, no hay vuelta atrás. Abandono el proyecto por la desilusión que me causa que no haya funcionado de masiado bien, que se comenzara con una gran ilusión y en un margen de tiempo muy pequeño se perdiera ese interés por parte de la directiva del proyecto. Con esto, no me arrpiento del tiempo que hemos pasado aquí. No ha sido tiempo perdido. Nos vemos por "Las fotografías de Javi" . Un nuevo "fotoblog" (por llamarlo de alguna manera) que acabo de empezar, esta vez yo solo.

Un abrazo a todos!
Nos vemos en los bares! ;)
(Murcia)

jueves, 9 de diciembre de 2010

Se llamaba...digamos que Maruja

Quería ser tan profunda que siempre se quedaba en la superficie. A su buen ver veía a todos los niños a ella querer.Estaba delgadita,tanto como una aguja.No es por mentarla pero se llamaba Maruja.Disfrutaba mucho con las vidas ajenas porque no tenía mucha vida propia

Los galanes eran pocos para su merced.Hablaba con todos y todos la evitaban porque el "yo" era su conversación favorita.A este mundo tan lleno de excelencia le repelen tus falsas apariencias.Nuestra corta inteligencia capta que tus amigos son todos de conveniencia.

Pero no se pudo resistir a los violentos ojos del chico malo.Consiguio con ellos,otra vez,ser el centro de atención.Pero el chico malo no era tan tonto como pensabas y te dejó sola en el andén.Con un billete de tren a la tierra del olvido.Se olvidó de ti y centraste toda tu intención en captar un poco de su atención.

Encontrándose sola a si misma por fin miró a su alrededor.Ya era tarde y a nadie encontró.Se dió cuenta de que ningun niño en serio la miró. Es en este momento de reconciliación consigo misma cuando debió cambiar y pedir perdón,pero su estúpido orgullo se lo impidió.


A formar parte de esta historia entra la naturaleza, que sin ninguna pereza,la obligó a rondar a todo el que se le cruzó.Y encontró lo que en otros casos se puede llamar amor.En un jovenzuelo que aparentar ser el más rebelde era su anzuelo para pescar niñas tontas y quien sabe si el amor


(Murcia)